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Según los reguladores, las integración de las cuatro compañías en dos grandes grupos implicaría un monopolio en el sector y tendría como consecuencia un incremento de precios. 

Con las fusiones, las aseguradoras buscaban economías de escala y reducir costes, especialmente después de la puesta en marcha del Obamacare, la reforma de los servicios sanitarios impulsada por el presidente americano, Barack Obama, que trata de universalizar las coberturas médicas. En este escenario, Cigna pactó la compra de Anthem hace justo un año por 54.200 millones de dólares, en la mayor adquisición de del sector en Estados Unidos. También en julio del año pasado, Aetna y Humana acordaron su unión por 37.000 millones de dólares. 

Tendencia

El bloqueo a ambas operaciones sigue la tendencia en la que Estados Unidos lleva inmersa desde hace meses y que se caracteriza por su gran celo a la hora de aprobar movimientos corporativos de calado. En lo que va de año, las autoridades de Competencia han paralizado tres grandes fusiones, además de las anunciada ayer. El fracaso más importante fue la integración entre la americana Pfizer y la irlandesa Allergan, llamada a marcar un récord en el sector farmacéutico y valorada en 160.000 millones de dólares. 

Pocos días después, el gigante de servicios petroleros Halliburton anunció que ya no compraría Baker Hughes debido a los retos en la obtención de las aprobaciones regulatorias y las condiciones impuestas. Su unión, valorada en 34.600 millones de dólares, implicaba a dos de las principales empresas de servicios petroleros del mundo, con ingresos conjuntos superiores a los 40.000 millones de dólares. 

Las firmas de material de oficina Office Depot y Staples también tuvieron que detener su unión, de 6.300 millones de dólares, ante las dudas de un juez federal, que bloqueó la fusión por su efecto en la competencia.

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