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La transformación digital es un proceso complejo que va más allá de la implementación de nuevas tecnologías o la optimización de procesos. En lugar de ser una transición sin fricciones, las organizaciones deben enfrentar y gestionar tensiones estructurales, emocionales y organizativas para lograr un cambio real. La verdadera transformación no ocurre cuando las empresas buscan evitar el conflicto, sino cuando se adentran en él de manera constante y profunda.
Muchas organizaciones asocian la transformación digital únicamente con la implementación de herramientas tecnológicas como plataformas de IA, CRM o migraciones a la nube. Sin embargo, la verdadera transformación no se trata de instalar un sistema o lanzar una nueva plataforma. Se trata de cuestionar las lógicas existentes, revisar estructuras de poder y redefinir lo que significa el éxito dentro de la organización. Este enfoque implica una confrontación con lo que ya no funciona y lo que se protege por comodidad.
Las organizaciones que evitan las tensiones inherentes a la transformación digital corren el riesgo de caer en una falsa sensación de avance. En lugar de abordar los desafíos que surgen en el camino, muchas empresas optan por soluciones superficiales, como la instalación de sistemas sin revisar las estrategias que los rodean. Esta forma de proceder solo genera una modernización que no transforma realmente las dinámicas organizativas.
El principal desafío para las empresas es construir la capacidad para gestionar la incomodidad. Si las organizaciones no son capaces de confrontar las contradicciones, las tensiones emocionales y los conflictos que surgen durante la transformación, lo que se consigue no es un cambio genuino, sino una simple adaptación superficial.
El diseño juega un papel clave en la gestión de la incomodidad. Lejos de ser solo un componente estético, el diseño estratégico permite detectar contradicciones dentro de la organización antes de que se conviertan en problemas graves. El diseño también facilita la colaboración entre equipos, visibiliza bloqueos culturales y emocionales, y genera nuevas formas de pensar que ayudan a las organizaciones a abrazar el cambio de forma efectiva.
El diseño no elimina la incomodidad, sino que la utiliza como una palanca estratégica para la innovación y el cambio. Es esencial incorporar el diseño en las primeras etapas de la transformación para garantizar que los equipos estén preparados para gestionar las tensiones que emergen a medida que se avanza en el proceso.
Las consultoras de transformación digital, al igual que las propias organizaciones, a menudo caen en la trampa de buscar soluciones fáciles. Los modelos cerrados y las plantillas pueden ofrecer una sensación de certeza, pero no promueven un cambio real. Las organizaciones necesitan aliados que no solo tranquilicen, sino que desafíen las premisas existentes, identifiquen silencios organizativos y se queden a lo largo del proceso cuando la situación se vuelve incómoda.
Para abordar la transformación digital de manera efectiva, las organizaciones deben:
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