Mantener un calendario de visitas y llamadas, fomentar la participación en talleres o establecer rutinas que combinen movimiento y descanso, entre las recomendaciones de los expertos.
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Las vacaciones, el descenso de la actividad social o el impacto del calor intenso alteran el ritmo habitual de muchas personas mayores durante el periodo estival, favoreciendo situaciones de soledad no deseada. Más allá de una sensación puntual de tristeza, este aislamiento puede deteriorar tanto su salud emocional como su estado físico.
“La población mayor suele contar con una red social más reducida, por lo que cualquier alteración en sus costumbres intensifica la sensación de vacío. Esta soledad no deseada tiene un fuerte impacto psicológico, que en ocasiones genera tristeza persistente, ansiedad, apatía o incluso cuadros depresivos que afectan a su calidad de vida y dificultan su participación en labores cotidianas”, explica Alfonsy Díaz Sánchez, psicóloga Sanitas Mayores.
Por otra parte, el verano modifica el entorno cotidiano de los mayores, puesto que disminuyen las visitas familiares por las vacaciones, se interrumpen algunas rutinas sociales y el calor limita sus salidas al exterior. Esta situación puede generar un círculo vicioso en el que la falta de estímulos y contacto diario reduce la motivación y conduce al aislamiento, con impacto directo en su bienestar emocional. Por eso, conviene adelantarse con pequeñas acciones que mantengan activa la mente y el ánimo, incluso cuando cambian las circunstancias del entorno.
“Recuperar pequeñas rutinas, buscar momentos de conexión y mantener vivo el interés por lo que ocurre alrededor son gestos que tienen un impacto enorme en la salud emocional. No se trata solo de evitar la soledad física, sino de ofrecer un ambiente en el que la persona se sienta escuchada y valorada”, añade Alfonsy Díaz.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas Mayores detallan una serie de medidas para combatir la soledad de las personas mayores en verano:
“Cada pequeño gesto tiene un enorme impacto en el bienestar emocional de las personas mayores. Todas estas iniciativas no solo alivian la soledad en verano, sino que también incrementan su autoestima y les hacen sentir parte activa de su entorno”, concluye Alfonsy Díaz.
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