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En España una jornada laboral estándar supone entre ocho y diez horas diarias. Dado que a este tiempo hay que añadir el desplazamiento y el tiempo que dedicamos a la hora de la comida, esa fase puede aumentar hasta las 12 y 15 horas por día. Las personas con jornadas labores completas disponen así de poco tiempo para su tiempo de ocio, descanso o realizar ejercicio físico.

Si tenemos en cuenta que las personas son los cimientos de cualquier empresa u organización, es importante que las personas se sientan sanas y motivadas. Así, la empresa podrá seguir desarrollando su trabajo óptimamente e ir creciendo, apoyada por un equipo comprometido y en buen estado de salud. Pero el día a día no siempre ayuda a mantener el cuerpo y la mente en forma. Trabajar sentado, los movimientos repetitivos, el estrés, la falta de descanso…son innumerables los efectos negativos que estas largas jornadas laborales producen en las personas.

En la medida que el entorno laboral y sus condicionantes merman la salud física y mental de los trabajadores, es asumible que el rendimiento laboral y los éxitos empresariales se reduzcan.

A pesar de que el 68% de los españoles se siente satisfecho con el bienestar del que goza en su puesto de trabajo según el Barómetro Edenred-Ipsos 2016, es indiscutible que el absentismo laboral por enfermedad es un problema a superar.

Según refleja el V Informe Adecco sobre Absentismo, la tasa de absentismo -porcentaje de horas no trabajadas respecto a la jornada pactada- supuso en España un 4,7% en 2015, es decir, 3.934.380 bajas laborales, un 10,23% más que en 2014.

Por otro lado, son muchos los estudios que han demostrado que las personas físicamente activas y con una rutina saludable, que integre una alimentación sana y algo de actividad física, padecen menos enfermedades que aquellas que tienen hábitos de vida más sedentarios.

Así mismo, se está constatando que la relación positiva que existe entre la práctica de ejercicio físico y el rendimiento laboral. Mediante una rutina deportiva se favorece por ejemplo el trabajo en equipo, se ayuda a liberar tensiones y a combatir el estrés, y la actitud frente al trabajo mejora, estableciendo una relación más positiva entre la persona empleada y la empresa para la que trabaja.

Si bien para muchos gerentes fomentar el deporte y el ejercicio físico en horario laboral puede parecer una pérdida de tiempo y de desconcentración, el deporte es muy beneficioso para quienes lo practican y más aún, para aquellas empresas que lo fomentan entre sus empleados.

Recientes experiencias empresariales han demostrado que los trabajadores que practican deporte periódicamente mejoran su estado de salud y su calidad de vida, reduciendo así el absentismo laboral. Mejoran también su rendimiento y, por lo tanto, su productividad. Su capacidad de concentración y de decisión aumenta, así como sus relaciones entre los grupos humanos y su satisfacción en la empresa.

Todo ello genera no sólo ahorros en las empresas sino que la visibilidad de estas compañías en el entorno familiar y social de los trabajadores, así como en los ámbitos vinculados a la Responsabilidad Social Corporativa crece notablemente.

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