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Desde la creación de internet, es difícil pensar en una tecnología lista para cambiar profundamente la forma en que las personas trabajan como lo hará la inteligencia artificial. Una encuesta reciente a 1.100 responsables de TI en todo el mundo asegura que existe casi prácticamente total unanimidad (95%) en considerar que la próxima era de transformación impulsada por la IA será la ola de cambio más impactante e intensa vista hasta ahora. Un porcentaje casi idéntico (94%) de los encuestados también coincide en que el éxito de su organización en los próximos tres años dependerá en gran medida de su capacidad para implementar y utilizar eficazmente herramientas de IA.
Sin embargo, como en una versión inversa de Parque Jurásico, el hecho de que las organizaciones deban adoptar la IA no significa que estén considerando seriamente si pueden hacerlo. Las estadísticas muestran que casi todos los líderes de TI (88%) creen que los usuarios probablemente se verán abrumados por esta ola tecnológica, y que, en promedio, menos de la mitad (47%) de los empleados en sus organizaciones cuentan con la destreza digital necesaria para adaptarse, lo que supone un gran desafío por delante. Hoy día, las empresas compiten en una carrera de adopción y serán las que puedan apoyar y capacitar a su personal más rápidamente las que obtendrán una mayor ventaja económica.
En el nivel más básico, la destreza digital mide la disposición y capacidad de los empleados para aprender y utilizar nuevas tecnologías. Cuanto más digitalmente hábil sea una organización, más capacidad tendrá para adaptarse al cambio y mejorar. Además, los empleados más hábiles digitalmente son también más eficientes y productivos, ya que pueden automatizar o completar tareas repetitivas más rápidamente. Esto, a su vez, les permite trabajar en proyectos de más valor, lo que aumenta la satisfacción laboral y reduce las probabilidades de agotamiento.
Por el contrario, una falta de destreza digital significa que las organizaciones son torpes y lentas, ya que están atrapadas con herramientas de baja calidad y métodos obsoletos, dado que el coste de adaptación a nuevas opciones se percibe como demasiado alto. De hecho, más de dos tercios de las empresas (69%) afirman que "definitivamente cambiarían al menos algunos de sus proveedores de SaaS si la adopción digital no supusiera un problema tan grande. Y cuanto más arraigados estén estos hábitos en una organización, más probable será que siga el camino de Blockbuster o Netscape".
El problema también se agrava por los constantes cambios con los que tienen que lidiar las empresas. Ya sea la reestructuración de procesos o la pérdida de personal clave, los conocimientos críticos de una compañía pueden desaparecer de la noche a la mañana. Cuando esto ocurre, las organizaciones pueden enfrentarse repentinamente a enormes brechas de conocimiento que pueden derivar en problemas de cumplimiento, errores costosos o una productividad estancada. Visto desde esta perspectiva, el objetivo no es solo la adopción. Se trata de optimizar y mantener procesos empresariales eficaces a escala.
Estas consecuencias son aún más significativas cuando se trata de herramientas de IA, ya que representan un cambio fundamental respecto al software "común". Como la IA es capaz de realizar tareas mucho más sofisticadas, hay un margen mucho mayor para malentendidos. Por ejemplo, las herramientas de IA solo pueden ser tan buenas como los datos con los que se entrenan. Sin embargo, las personas a menudo tratan los resultados proporcionados por la IA como si fueran palabra sagrada, sin pensar en cuáles podrían ser las limitaciones de los datos y que implicaciones tiene esto en las conclusiones generadas.
No existe una solución mágica para mejorar la adopción de la IA. Como mínimo, requiere un enfoque en varias direcciones que incluya la mejora de la transferencia de conocimientos de los usuarios avanzados al resto de la empresa, casos de uso claros para demostrar el valor de adoptar herramientas de IA y un esfuerzo para redefinir la cultura organizacional hacia un enfoque más orientado a la IA.
Existen muchos casos de uso públicamente disponibles para satisfacer la segunda necesidad y el crecimiento explosivo de los últimos años sugiere que muchas empresas ya están dedicando importantes recursos para convertirse en organizaciones centradas en la IA. Sin embargo, la primera parte de la estrategia, la transferencia de conocimiento, está resultando más difícil.
Esto se debe a que el modelo tradicional de adopción y capacitación para una nueva aplicación, es decir, entregar a todos documentación compleja y esperar que la lean, es claramente insostenible. En promedio, las personas pasan casi 20 días al año tratando simplemente de averiguar cómo navegar por las aplicaciones y mientras los responsables de estas se ahogan en un mar interminable de peticiones de soporte por parte de colegas que no logran encontrar lo que necesitan.
La única formar que tienen las empresas de salir este círculo vicioso es un reenfoque radical para fomentar y sostener la adopción. No puede lograrse con documentación voluminosa ni preguntas frecuentes (FAQs) que a menudo no ofrecen respuestas útiles. En su lugar, los empleados necesitan orientación dentro de la aplicación y capacitación bajo demanda, y los responsables de las aplicaciones necesitan análisis, tanto del comportamiento como de la percepción del usuario, para poder identificar puntos clave de fricción, rediseñar en consecuencia los procesos y demostrar el valor estratégico para el negocio.
Además, estas medidas no solo ayudan a mejorar la productividad y el compromiso de los empleados, también proporcionan información crítica para futuros proyectos de transformación digital. Por ejemplo, identificar un punto de bloqueo común en los procesos existentes permite a los responsables implementar soluciones o guías específicas desde el inicio de un nuevo proyecto y transformar así la fricción en fluidez sin tener que frenar la innovación.
Dada la escala, complejidad y naturaleza revolucionaria de la IA, los próximos tres años veremos a la práctica totalidad de las empresas comenzar múltiples proyectos de gestión del cambio que probablemente serán más grandes que cualquier otro anterior. Suponer que los empleados podrán sortear por su cuenta esta situación es, sencillamente, irreal.
Por tanto, todas las empresas deberían estar examinando y actualizando con urgencia los procesos y marcos de adopción digital que tienen actualmente. Porque la era de la IA ya está aquí y, por ahora, no estamos preparados para ella.
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