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La internacionalización sigue siendo uno de los principales motores de crecimiento para las empresas españolas. Pero expandirse a nuevos mercados implica operar en entornos donde los marcos regulatorios/legales, económicos y culturales pueden ser completamente distintos. La ambición no es suficiente: una expansión exitosa depende de la preparación, el análisis de riesgos y una estrategia clara de aseguramiento.
Antes de iniciar cualquier proceso de internacionalización, es esencial realizar un diagnóstico y análisis de los posibles riesgos que podrían impactar en la actividad empresarial:
- Riesgo político y regulatorio: cambios normativos, restricciones comerciales o inestabilidad institucional que afectan el entorno operativo.
- Riesgo cambiario: fluctuaciones en divisas que reducen márgenes o dificultan la planificación financiera.
- Riesgo cultural y operativo: diferencias en prácticas laborales, idioma, normativas o expectativas del consumidor.
- Riesgo logístico: fallos en transporte, aduanas o daños a la mercancía.
- Riesgo legal: responsabilidad civil, cumplimiento de normativas locales o riesgos derivados de contratos.
Una vez identificados, estos riesgos deben gestionarse y, cuando sea posible, transferirse a terceros mediante seguros adecuados que protejan la continuidad operativa.
Con la experiencia acumulada, en WTW hemos detectado una serie de fallos (muchos de ellos fácilmente evitables) que se repiten con frecuencia en las compañías que deciden dar el salto internacional.

1. Subestimar la complejidad regulatoria
• No realizar un due diligence legal completo en cada país.
• Ignorar requisitos locales en fiscalidad, protección de datos, etc.
2. Falta de estrategia de riesgos
• No identificar riesgos políticos, cambiarios o logísticos antes de entrar.
• Ausencia de planes de contingencia para crisis (conflictos, pandemias, tendencia a sufrir catástrofes naturales…).
• No contratar seguros específicos (riesgo político, crédito a la exportación, etc.).
3. Gestión deficiente del aseguramiento
• No establecer programas de seguros globales y mantener coberturas locales sin coordinación global.
• No revisar duplicidades o vacíos de cobertura.
• Creer que el seguro nacional cubre operaciones internacionales.
4. Problemas financieros y cambiarios
• No aplicar coberturas de tipo de cambio.
• Facturar en moneda local sin evaluar la volatilidad local.
• Falta de análisis de solvencia de clientes internacionales.
5. Desconocimiento cultural y operativo
• No adaptar productos, comunicación y procesos al mercado local.
• Ignorar diferencias en prácticas laborales y negociación.
• No formar equipos en competencias interculturales.
El aseguramiento internacional debe responder a una doble necesidad: por un lado, cumplir con la normativa local, y, por el otro, mantener una coherencia global. Para lograrlo, es recomendable:
1. Conocer y cumplir con la legislación local
• Cada país impone mínimos de cobertura distintos, límites de responsabilidad o seguros obligatorios.
• Es vital revisar también los aspectos fiscales y de licencias para evitar sanciones o problemas operativos.
2. Diseñar programas multinacionales adaptados a la exposición de la empresa
• La fórmula óptima suele ser una póliza máster global, que centraliza el control y la coherencia, complementada por pólizas locales que aseguran el cumplimiento normativo en cada país.
• Este modelo, bien diseñado e implementado, evita duplicidades, reduce vacíos de cobertura y facilita el control del gasto en primas de seguros.
3. Prevenir vacíos de cobertura
• Mapear los riesgos específicos de cada mercado (por ejemplo, desastres naturales, riesgos laborales o ciberamenazas).
• Revisar que los límites globales sean suficientes para complementar los locales.
• Realizar auditorías periódicas que verifiquen si las coberturas siguen siendo válidas tras cambios regulatorios o expansiones a nuevos países.
Expandirse al exterior no debe vivirse como una aventura, sino como una evolución estratégica de la compañía. Y en ese camino, la gestión del riesgo no es un trámite, sino un factor crítico de éxito.
Apoyarse en partners especializados con presencia global como WTW proporciona a las empresas españolas una mayor solidez para afrontar este reto, alinear sus seguros, coordinar sus pólizas y anticipar riesgos.
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