AltoDirectivo

Son ya 22 años de acumuladas experiencias multisectoriales en el entorno del Headhunting. Días, meses, horas y minutos de mi vida acompañando a C-Levels en su continúa búsqueda del mejor talento para sus organizaciones.

Hemos compartido experiencias, vivencias y situaciones de diversa índole. Algunas heredadas y otras improvisadas por acontecimientos inesperados: COVID, Filomena y la más reciente DANA.

Este año me he propuesto acercarme y entender, aún mejor, a las organizaciones que rodean a la industria farmacéutica. He querido apoyar a los CEOs que, aparte de querer tener el mejor y el más seguro de sus comités, han tenido que lidiar con otro tipo de inquietudes.

Para el sector salud los dos últimos años han sido retadores: se han tenido que combinar diversos retos relacionados con la innovación, la regulación y la sostenibilidad, a parte de la gestión del talento.

Como bien sabemos, a pesar de las presiones económicas y regulatorias, la industria farmacéutica sigue siendo un sector decisivo para el desarrollo económico y social, lo que requiere por parte de la Dirección, un tipo de liderazgo ágil y visionario.

La industria se ha tenido que focalizar en la Innovación y Desarrollo de nuevos medicamentos, ha tenido que enfrentarse a desafíos regulatorios como la presión sobre precios y reembolsos en la que, dentro de la UE, España ha implementado políticas más estrictas sobre los precios de los medicamentos y los mecanismos de reembolso a la par que han tenido que incrementar su inversión en I+D para obtener resultados rápidos, especialmente en este entorno económico incierto. Mantener el cumplimiento frente a estos cambios es una preocupación constante para sus CEOs.

Otra cuestión importante para ellos es todo lo relacionado con la ética y acceso a medicamentos. Como bien sabemos en el sector, se está incrementando la preocupación por garantizar que los medicamentos sean accesibles para todos, no solo para los mercados más ricos. Por ello la figura de un CEO debe equilibrar la rentabilidad con la responsabilidad social, asegurándose de que los productos sean accesibles en mercados emergentes o de bajos recursos.

Otra de las preocupaciones de estos cargos ha sido enfrentarse, preparar e implantar en sus compañías estrategias que acompañen al avance de las nuevas tecnologías, así como toda el área de sostenibilidad ambiental donde, cada vez más, los consumidores y los reguladores exigen que las empresas farmacéuticas sean responsables con el medio ambiente.

Por último, y no menos importante, ha sido el seguir identificando, conquistando y reteniendo perfiles profesionales altamente cualificados.

Es complicado, sobre todo en áreas como la biotecnología, la investigación clínica y la fabricación de medicamentos, encontrar perfiles que aparte de la formación adecuada aporten una experiencia práctica acompañada por las competencias necesarias y buenas dosis de motivación para acompañar a las organizaciones en sus continuos retos.

Esto es especialmente difícil en un entorno global competitivo donde empresas farmacéuticas de todo el mundo están luchando no solo con otras farmacéuticas, sino también con empresas tecnológicas y de otros sectores que están comenzando a tener un mayor protagonismo en la biomedicina.

Por todo ello y cada vez más un CEO necesita nuestro apoyo, nuestra visión y una mano experta en todo lo relacionado con el talento.

Gracias a nuestro trabajo y experiencia hemos podido aportar conocimiento del mercado y dar acceso a una red global de candidatos altamente cualificados y de difícil acceso.

Contratar a un ejecutivo C-Level es una de las decisiones más críticas para una compañía farmacéutica. La especialización en nuestro trabajo es fundamental para acompañarlos y asesorarles. Es fundamental entender los retos de la industria, las tendencias y las habilidades que esta necesita para liderar una compañía de entornos altamente regulados e innovadores.

En este tipo de procesos la confidencialidad es crucial. Si se trata de una reorganización o una salida planificada de un alto ejecutivo, hay que llevar a cabo el proceso sin que la información se filtre, protegiendo la privacidad de la empresa y de los empleados involucrados.

A esto se suma la implicación en negociaciones delicadas, que debemos manejar con discreción y profesionalismo.

En resumen, este año, nuestra figura ha tenido que apoyar y acompañar, de una forma más intensa a los CEOs en su arduo camino ofreciéndoles un valor añadido significativo en términos de eficiencia, precisión, reducción de riesgos y capacidad para encontrar líderes con las habilidades estratégicas y técnicas necesarias para guiar la empresa hacia el futuro. De cara a 2026, continuaremos consolidando nuestra posición como aliados clave, enfocándonos en la transformación digital, la adaptación a nuevas dinámicas laborales y el fomento de una cultura organizacional ágil que permita a las empresas prosperar en un entorno cada vez más incierto y competitivo.

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