Cada vez más profesionales apuestan por vivir una experiencia internacional como vía para potenciar su carrera, mejorar sus condiciones laborales y desarrollar competencias clave en un entorno global.
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En un momento en el que la movilidad y la multiculturalidad se consolidan como valores diferenciales, trabajar en otro país ya no es solo una oportunidad de mejora salarial, sino un paso estratégico en la trayectoria profesional.
Esta tendencia creciente se refleja también en la estrategia de las empresas, que han intensificado su apuesta por la captación de talento internacional para hacer frente a la escasez de perfiles locales. Según el informe Global Talent Trends 2024 de LinkedIn, el 72% de los responsables de RRHH considera la movilidad internacional como un elemento crucial para atraer y fidelizar talento, frente al 55% en 2019.
El dinamismo del mercado laboral europeo refuerza esta apuesta. En 2024, la Comisión Europea estimó en más de 3,6 millones las vacantes sin cubrir en la UE, especialmente en sectores como la construcción, logística, sanidad y automoción. Una brecha que explica tanto la creciente importación de perfiles como la salida de profesionales cualificados hacia otros países en busca de mejores condiciones.
Entre los perfiles más demandados en el extranjero destacan los ingenieros logísticos junior, personal administrativo y de almacén, enfermeros y profesionales del sector construcción y automoción. Alemania, Francia y Bélgica son los destinos preferidos, no solo por sus mejores condiciones salariales, sino por una demanda estructural y sostenida en estos sectores. En estos casos, el idioma sigue siendo uno de los mayores desafíos, especialmente en los perfiles operativos.
En sentido inverso, los perfiles que más se importan en países como España son los técnicos especializados en mantenimiento industrial, electromecánicos y profesionales del sector hospitality. Latinoamérica y Europa del Este son las principales regiones de origen, aportando perfiles cualificados que difícilmente se encuentran en el mercado local.
Más allá de los requisitos técnicos, el idioma, la apertura cultural y la disposición a vivir una experiencia en el extranjero son criterios clave para identificar candidatos con alto potencial. "Muchos casos de éxito llegan por recomendación directa de otros expatriados. El boca a boca y el efecto red son muy potentes en estos procesos", explica María Luaces, directora de Human Resources Solutions en Synergie.
Aunque la movilidad internacional se asocia habitualmente a una mejora salarial, sus beneficios van mucho más allá. Un estudio de la Universidad de Bamberg, realizado en más de 30 países, demuestra que los profesionales con experiencia internacional tienen mayores probabilidades de promoción y éxito financiero. La Universidad del Valle de México (UVM) añade que el 83% de quienes han trabajado fuera afirma haber incrementado sus ingresos, y el 56% mejoró sus condiciones laborales.
Además, se fortalecen competencias como la resiliencia, la adaptabilidad y la comunicación intercultural, cada vez más valoradas por las empresas. "La experiencia internacional abre la mente, te obliga a salir de tu zona de confort y te conecta con nuevas formas de trabajar. Es una inversión en empleabilidad a largo plazo", señala Luaces.
Este impacto no solo se limita al ámbito profesional: el Erasmus Impact Study de la UE confirma que el 79% de los estudiantes que realizaron una estancia en el extranjero encontró empleo tras finalizar sus estudios, lo que refuerza el valor de estas experiencias desde la etapa formativa.
La movilidad internacional del talento seguirá evolucionando a lo largo de 2025, impulsada por un contexto donde los profesionales tienen cada vez más poder de decisión sobre su carrera y valoran no solo las condiciones económicas, sino también el propósito del trabajo que desempeñan y la experiencia de vida que conlleva.
El auge del trabajo híbrido y la figura del nómada digital han redefinido la forma en que entendemos la movilidad, abriendo nuevas posibilidades más flexibles y adaptadas a los estilos de vida actuales. En paralelo, el auge del fenómeno del ghosting en procesos de selección obliga a las empresas a ofrecer comunicaciones más claras y ágiles, reforzando la experiencia del candidato como un elemento estratégico.
El bienestar emocional, la sostenibilidad y el impacto social cobran protagonismo en las decisiones de los candidatos, que priorizan organizaciones alineadas con sus valores personales. En este nuevo escenario, las empresas que sepan acompañar al talento en todo el proceso (desde la captación hasta la integración en destino) estarán mejor posicionadas para atraer perfiles internacionales con alto potencial.
Por ejemplo, en Synergie, desde su división Synergie Global Talent, la apuesta por la internacionalización del talento se traduce en proyectos como la movilización de estudiantes a Alemania para prácticas de verano, el envío de personal técnico al aeropuerto de Ámsterdam o la colaboración con programas de formación y empleo joven en diversos países europeos.
"La movilidad ya no es una opción para las empresas, es una necesidad. Pero debe estar bien gestionada, centrada en el bienestar del candidato y alineada con los valores de la organización. Solo así se logra una experiencia internacional transformadora para ambas partes", concluye la directora de Human Resources Solutions de Synergie.
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