La vuelta de las vacaciones ha reabierto el debate sobre el teletrabajo. Según el VI Estudio de Salud y Vida, un 66,7% de los españoles no cambiaría de puesto a una empresa que no ofreciera teletrabajo, una cifra que refleja hasta qué punto la flexibilidad laboral se ha convertido en un factor decisivo de fidelización y atracción de talento.
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El teletrabajo, que se consolidó durante la pandemia, ha experimentado en el último año un retroceso en muchas organizaciones. Mientras algunas compañías lo mantienen como parte de sus políticas de conciliación, el 34% lo ha reducido o incluso eliminado, según un informe de EADA Business School, lo que ha generado tensiones internas y un aumento del riesgo de fuga de profesionales. De hecho, la consultora Gartner alerta de un fenómeno creciente denominado "fléxodo": imponer presencialidad incrementa la rotación de los empleados en un 9%, un impacto que se eleva al 12% en el caso de las mujeres.
En este contexto, muchas empresas se enfrentan a un dilema: cómo mantener el control necesario sobre la jornada laboral sin renunciar a la flexibilidad que demandan sus equipos.
Según Marcelo Dos Reis, CEO de Grupo SPEC, expertos en soluciones globales de software y hardware en el ámbito de la gestión horaria y de control de accesos, "la eliminación abrupta del teletrabajo no solo pone en riesgo la fidelidad de los empleados, sino que puede acelerar la fuga de talento".
Lejos de ser una disyuntiva entre teletrabajo o presencialidad, el futuro pasa por modelos híbridos bien gestionados. La tecnología es clave para conseguirlo: aplicaciones de control horario, sistemas de gestión de tareas o soluciones de registro desde cualquier lugar, permiten mantener la productividad, cumplir la normativa y mejorar la experiencia de los empleados.
Los beneficios son claros:
● Para los empleados: mayor autonomía y conciliación sin perder conexión con la empresa
● Para las compañías: datos fiables en tiempo real, transparencia en el registro de jornada, reducción de conflictos laborales y mejor aprovechamiento de los recursos.
En ese sentido, Dos Reis añade que "con una buena gestión, el teletrabajo puede ser responsable, flexible y beneficioso tanto para la persona como para la organización. El desafío ya no es técnico, sino cultural: adaptar la forma de trabajar a una realidad que los propios trabajadores han interiorizado. Con soluciones digitales como las de SPEC, es posible mantener un teletrabajo responsable, flexible y controlado, beneficioso tanto para las personas como para la empresa".
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