Tal vez eres quien suele proponer ideas nuevas, o quien modera las tensiones, o quien se encarga de que todo salga a tiempo. No es casualidad. Es comportamiento.
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En los equipos de trabajo, como en un grupo de amigos, cada persona aporta algo más que su conocimiento técnico o su experiencia, ofrece un rol natural, una forma de estar, de interactuar, de activar dinámicas colectivas e ideas para cualquier tipo de proyecto.
Sin embargo, lo más interesante es que ese rol no siempre coincide con tu cargo o tu posición profesional. No lo defines tú: lo revelan tus acciones, tus decisiones cotidianas, tu manera de contribuir al grupo.
Los equipos no fallan por falta de talento, sino por falta de equilibrio. En la compañía ETBO llevan años estudiando esto y han conseguido observar más de 50 comportamientos clave en entornos laborales reales. Además, han descubierto que existen ocho roles de equipo naturales que emergen cuando las personas trabajan juntas. No son arquetipos rígidos, ni etiquetas. Son funciones necesarias para que un equipo avance, innove, se adapte y logre resultados sostenibles.
Y aquí viene lo interesante:
- Cuando un equipo tiene demasiados perfiles similares, pierde agilidad, creatividad o foco.
- Cuando un equipo desconoce sus propios roles, aparecen tensiones, sobrecargas o silencios.
- Pero cuando un equipo reconoce y potencia sus roles naturales, todo cambia. Se distribuyen las energías, se entiende el valor de cada uno, y el equipo empieza a funcionar como un sistema, no como una suma de individualidades.
En ETBO identifican comportamientos bajo estos 8 grandes ejes de contribución. Quizás te reconozcas en alguno (o en varios):
Dinamizador: desbloquea el equipo, pasa a la acción.
Analítico: aporta visión global, detecta riesgos, va a la evidencia.
Metódico: cuida los detalles la calidad y la precisión.
Coordinador: organiza, delega bien y ubica a cada persona en su mejor lugar.
Cohesionador: genera sentimiento de pertenencia y buen clima, suaviza tensiones improductivas.
Conector: abre puertas, busca recursos, trae oportunidades del exterior.
Creativo: rompe esquemas, crea nuevas perspectivas y paradigmas.
Realizador: transforma ideas en acciones, hace que las coses pasen.
Cada uno es necesario. Ninguno es mejor que otro. Lo importante es saber qué rol estás ejerciendo, cómo se complementa con los demás, y qué necesita ese equipo en ese momento.
Desde ETBO ayudan a las organizaciones a ver lo que a veces no se ve: los patrones que se repiten, los roles que faltan, las fuerzas invisibles que impulsan (o bloquean) al equipo.
Lo hacemos con ciencia, datos, observación y una metodología validada que ya se está aplicando en startups, multinacionales, universidades y organizaciones en transformación.
Porque cuando sabes lo que aportas, también entiendes mejor lo que necesitas.
Y cuando un equipo entiende eso, empieza a funcionar como un verdadero equipo.
¿Y tú? ¿Sabes qué papel juegas en equipo?
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