Saber recibir y despedir a un empleado es tan importante en las pymes como en las grandes empresas. Las políticas de on/off boarding son un seguro operacional, porque acortan la curva de aterrizaje en la compañía, reducen la rotación y blindan clientes, datos y procesos.
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¿Qué mueve la aguja? Esta es la pregunta que, constantemente, se hacen muchas compañías que buscan la fórmula del éxito empresarial. Y, entre otros factores, contar con una buena política de on y off boarding impacta significativamente en métricas clave como la productividad, la retención de talento y la reducción de la rotación.
"Hay estudios que indican que un buen onboarding puede aumentar el rendimiento hasta un 50% en el primer año y mejora el sentimiento de pertenencia; y un offboarding bien gestionado también fortalece la marca empleadora y puede reducir los costes de rotación", señala Emmanuel Djengue, CEO de Kaatch.co.
El onboarding es importante porque "acelera la productividad, ya que al explicarle claramente a esa persona cuáles son sus funciones y a quién debe reportar se reduce el tiempo hasta que el profesional aporta; baja la rotación temprana y evita que ese nuevo fichaje se vaya por falta de claridad o de apoyo; ahorra tiempo a los responsables de equipo; y refuerza la cultura y la marca empleadora", enumera Djengue. Y, en una pyme es aún más crítico, porque para las pequeñas y medianas empresas "los márgenes de error son mínimos", advierte el CEO de Kaatch.co, quien recuerda que en una pyme el coste de rotación puede llegar a ser de hasta un 20% del salario anual del reemplazado. El valor de ser bien recibido Cuando en una empresa se toman en serio la bienvenida de cualquier empleado, y le dedican un tiempo en presentarle al equipo, en contarle los objetivos de la compañía y de sus tareas y ayudarle con las nuevas herramientas, "recorta en menos de 3 semanas la curva de aporte, es decir, ese profesional tarda menos en rendir a pleno, lo que se traduce, irremediablemente, en ahorro económico, pues las funciones para las que se le ha contratado se cubrirán antes. En resumen, será productivo en menos tiempo", indica Djengue.
Tan importante es la llegada como la despedida. "El offboarding, a menudo subestimado, es un proceso delicado en el que las empresas se pueden jugar su reputación, su marca y su información más crítica”, señala Djengue. Un proceso de salida bien gestionado “protege a los clientes, que para una pyme es uno de sus principales recursos, sus datos, su caja y su reputación justo en el momento en el que puede ser más vulnerable", dice el CEO de Kaatch.co. Decirle adiós a un empleado, y decírselo bien, respetando los tiempos, haciéndole sentir cómodo en su decisión y organizando adecuadamente procesos y carteras es "crítico en estructuras pequeñas", asegura Djengue. "No debemos olvidar que un relevo mal resuelto frena ventas, complica entregas y expone datos".
De ahí que la mejor receta para evitar problemas sea sistematizar la salida y decidir quién asume qué, qué se entrega, qué se cierra y qué se desactiva. "Un reto, si te paras a pensarlo", reflexiona el directivo de Kaatch, "para el que no cualquiera está preparado", por eso, desde Kaatch.co consideran que está función de acompañamiento y gestión "debe hacerla un profesional de RRHH". Más aún si se trata de un despido, "porque el proceso importa el doble y hay que proteger el negocio y, a la vez, cumplir la ley y cuidar el trato para evitar conflictos y daño reputacional", aconseja Djengue, quien, además, recuerda que en las pymes "hacerlo bien reduce riesgos laborales, demandas y fugas de información". Tanto la entrada como la salida en una compañía forman parte de un ciclo vital empresarial, no son eventos aislados. "Dominar estos procesos y tratar con respeto a los empleados siempre se traduce en mayor compromiso, productividad, lealtad y retención del talento", recuerda el CEO de Kaatch.co.
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