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El espacio flexible superará los 550.000 m2 en Madrid y Barcelona en 2025, según el último informe de Savills sobre oficinas flexibles. Aunque por el momento este modelo supone el 2,10% del parque de oficinas en Madrid y el 3,4% en Barcelona, el crecimiento del stock en los últimos años muestra una tendencia de crecimiento continuo, impulsado por el aumento de la demanda, la entrada de nuevos operadores, la gestión propia de espacios flex por parte de propietarios y la ampliación de centros ya existentes.
Según el informe, el mercado flex refleja la sólida y dinámica situación macroeconómica de España, con récord de creación neta de empresas, al superar las 96.500 nuevas compañías entre julio de 2024 y julio de 2025.
Los espacios flexibles han evolucionado cualitativa y cuantitativamente, dejando de ser una simple opción alternativa para convertirse en una necesidad y una herramienta estratégica en el mercado de oficinas. Para las empresas, son la oportunidad de contar con entornos multidisciplinares con un contrato adaptable y ágil, esencial para equipos de nueva creación o en pleno crecimiento. Para los propietarios de activos, las oficinas flexibles permiten la atracción y retención de usuarios al añadir valor a los activos.

La actividad en el mercado flex está sólidamente liderada por las grandes firmas de operadores flex. El Top 5 nacional está compuesto por IWG, que incluye marcas como Regus y Spaces, Loom, de Merlin, WeWork, Aticco y Utopicus, de Colonial. En Madrid, estas cinco grandes concentran el 60% de la superficie total, con IWG como principal operador con el 32% del espacio. Por su parte, WeWork lidera el ránking por tamaño medio de centro en ambas ciudades, destacando su estrategia de contratar espacios muy voluminosos. Los contratos de gestión junto con la compra están ganando terreno frente al alquiler tradicional en la expansión por parte de los operadores. Además, los operadores locales como Aticco, Monday o Cloudworks están ganando cuota de mercado, demostrando la alta competencia. Mientras, otra opción de explotar la flexibilidad por parte de los propietarios es a través de sus propias marcas, como Colors o L´Ílla & Co, gestionadas por Savills Flex.
"El tejido empresarial que acoge el mercado de las oficinas flexibles es, prácticamente, tan amplio como el de los espacios convencionales. Si en un principio su target más importante se concentraba entre las start ups y los profesionales autónomos, su capilaridad se extiende ahora hasta las grandes empresas", explica Paloma García, responsable de Workthere, el área de Savills dedicada a búsqueda y asesoramiento sobre espacios flexibles para empresas.
En Madrid, el tamaño medio de las operaciones es de 30 plazas por firma entre enero y junio de este año. En la Ciudad Condal es 43 plazas de media en el primer semestre. Estos tamaños se deben a que las oficinas flex entran en la ecuación ante diferentes situaciones: como paso intermedio entre dejar una oficina y la mudanza a la nueva ubicación, como complemento a la oficina convencional, en el caso de necesitar más puestos por un proyecto temporal o tener que ubicar a un departamento.
Las empresas de menor tamaño son las que más se benefician de la flexibilidad que ofrece este modelo de oficina. Sin la rigidez de los contratos de los espacios convencionales, ni los costes de implantación, encuentran en los coworking la oportunidad de tener un lugar de trabajo sin la obligación de permanecer en él durante años, lo que se traduce en una adaptación rápida a las circunstancias del mercado. De hecho, la duración del 48% de los contratos es de un año.

El análisis de Savills muestra que en el mercado madrileño de oficinas, la evolución de la contratación de oficinas pequeñas registra una clara tendencia descendente desde la aparición del modelo flexible. Si en 2017 la contratación de oficinas de menos de 200 m2 representaba el 14% de toda la demanda, en 2025 apenas suponen el 9,2%. En Barcelona, por tratarse de un mercado más pequeño, la comparativa se ha realizado sobre las firmas de menos de 100 m². Aquí el descenso es más acusado que en la capital, pasando de representar el 10% en 2017, a apenas el 4,2% hasta verano de este año.
En cuanto a precios, Madrid y Barcelona siguen siendo plazas extremadamente competitivas en términos de precio de oficinas flexibles. La comparativa europea lo confirma: mientras que en Londres el precio por puesto en zona prime al mes asciende a 1.400 €/puesto, en Madrid es de 604 € y en Barcelona de 475 en las mejores zonas. Esta diferencia de precios, que sitúa a las capitales españolas más de dos veces por debajo de Londres, refuerza su atractivo como hubs empresariales.
El mercado, habituado a trabajar con empresas tecnológicas, de medios y start-ups, está ampliando su foco al atraer a grandes corporaciones y nuevos sectores emergentes. Destaca la incorporación de compañías de Life Science, salud digital y comercio y distribución. Esta diversificación de la demanda está impactando en la localización, con una creciente solicitud de puestos en los Parques Empresariales cercanos al Corredor del Henares por parte de empresas logísticas, y oficinas en nodos principales de actividad como Tres Cantos para el sector Life Science, aunque la mayoría sigue prefiriendo las zonas céntricas.
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