Acaban de incorporarse en el mundo laboral, y ya tienen claros sus límites y expectativas. Los nacidos entre 1995 y 2009 son los conocidos como Generación Z
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Esta generación es más pragmática que la generación Millennial y, aunque busca innovar, pretende hacerlo desde un lugar conocido. También en el área profesional, donde aspira a conseguir un puesto estable desde el que poder generar algún impacto notable en la sociedad.
La mayoría de los más jóvenes ha hecho o está haciendo algún tipo de voluntariado y está preocupado por el medio ambiente y la sostenibilidad. Además, los también conocidos como zommer (también llamados generación Z) son la generación que defiende con más determinación la diversidad y la igualdad, también en la oficina. No obstante, y a pesar de que pretendan la estabilidad, a estos nuevos profesionales no les tiembla el pulso cuando deciden dejar un empleo porque no cumple con sus expectativas. De ahí que las empresas deban ponerse ya las pilas para adaptar sus políticas internas y espacios a las nuevas generaciones, pues en 2025 supondrán alrededor del 33% de la fuerza laboral, según un estudio realizado por Steelcase, empresa especializada en la transformación de espacios corporativos.
Un informe en el que también se señala que para esta generación es de gran importancia el espacio laboral, y está más predispuesta a trabajar en la oficina siempre y cuando haya lugares para la colaboración, para las reuniones de equipo y para el trabajo individual. Pero, aunque su estrenada vida profesional les reporte ilusión y muchas ganas, no van a renunciar a su vida personal y, por tanto, también exigen a la empresa compromiso y flexibilidad para poder trabajar desde y cuando quieran.
Trabajar desde cualquier parte con conexión a Internet en un horario flexible ya no es una exigencia exclusiva de los más jóvenes. Los Millennials más veteranos, que ya cuentan con familia, también reclaman este tipo de condiciones. Lo que sí diferencia a los Z es su necesidad de estar en constante formación, y que esa formación sea de vanguardia, ya sea porque buscan un desarrollo de carrera en la empresa para la que trabajan como porque ésta les sirva para futuros empleos. Y sus preferencias formativas pasan por mejorar en competencias de futuro como la inteligencia artificial, conocimientos IT, Sistemas, etc, y también en habilidades comunicativas, de gestión y de liderazgo.
Un estudio de LinkedIn señaló que el 76% de los encuestados de esta generación quiere tener la oportunidad de aprender y practicar nuevas habilidades en su puesto laboral. Y sólo si la empresa le ofrece un programa formativo fiable y aspiracional decidirán ser leales a la compañía, porque son personas conectadas que han tenido acceso desde siempre a tutoriales y herramientas de formación. Y es que no se puede pasar por alto que esta generación ha crecido con un acceso total a cualquier tipo de educación en línea que les ha convertido en personas autodidactas, capaces de solucionar sus problemas de forma autónoma e independiente. Además, es la primera generación para la que la universidad ya no es un reto ni una meta que lograr.
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