Aunque se ha vuelto a mantener en números positivos, el Grupo Wanda ha obtenido menos beneficios de los esperados, reduciéndose estos un 13,9% respecto a los del ejercicio anterior
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La multinacional china Wanda ha anunciado, tras la reunión de su directiva con el millonario Wang Jianlin a la cabeza, sus datos del pasado año 2016, en los que han visto reducidos sus beneficios que, no obstante, han aumentado un 3,4%, hasta los 254.980 millones de yuanes (35.650 millones de dólares).
Jianlin comentó que han visto aumentados sus activos netos un 21% en 2016, hasta los 796.000 millones de yuanes (115.000 millones de dólares), por lo que tildan de positiva la diversificación de su estrategia, pasando de un protagonismo de los bienes inmuebles a una mayor presencia en entretenimiento, turismo y deportes (recordemos que es dueño de un 20% del club Atlético de Madrid).
En concreto, los ingresos en propiedades inmobiliarias se redujeron un 25% hasta totalizar 143.020 millones de yuanes (20.700 millones de dólares) el pasado año, en un ejercicio en el que abrió 50 nuevos centros comerciales, dos ciudades turísticas y 18 hoteles de alta gama.
En el sector cultural, por el contrario, los ingresos crecieron la misma cifra, un 25%, hasta los 64.110 millones de yuanes (9.200 millones de dólares), de los que más de la mitad procedieron del sector cinematográfico, en el que Wanda abrió 677 nuevas salas de cine en todo el mundo (154 de ellas en China).
El negocio turístico no se queda corto tampoco y aumentó más de un 37%, mientras que en el sector deportivo los ingresos aumentaron un 9%, hasta los 6.400 millones de yuanes (927 millones de dólares).
En 2016, la firma adquirió Dirk Clark Productions (propietaria de los Globos de Oro), compró la productora de Hollywood Legendary, se convirtió en patrocinador oficial de la FIFA y abrió sus primeros parques temáticos en China.
Por último, en nuestro país decidió retirar su inversión en el emblemático Edificio España y cerró su venta al grupo murciano Baraka por 272 millones de euros (289 millones de dólares), siete más de los que pagó la firma asiática para comprárselo al Banco Santander hace dos años.
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