Alto Directivo. La directora de la oficina de inversiones del JPMorgan Chase, Ina Drew, ha decidido abandonar la entidad tras más de 30 años, después de conocerse que el banco había registrado pérdidas adicionales por un importe de al menos 2.000 millones de dólares (1.557 millones de euros) como consecuencia de una fallida estrategia de inversión.

El actual codirector de renta fija global en la división de Banca de Inversión Matt Zames será el sustituto de Drew en el cargo, al mismo tiempo que mantendrá su puesto como responsable de mercados de capital en la unidad de Banca Hipotecaria.

En un comunicado, el presidente y consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon, destacó que Ina Drew ha sido una "gran compañera" durante los muchos años en los que ha formado parte de la entidad.

"A pesar de nuestras recientes pérdidas en la oficina de inversiones, las enormes contribuciones de Ina a nuestra compañía no deberían verse eclipsadas por estos eventos", señaló Dimon, quien recalcó que Zames es un gestor de "primera clase, muy bien considerado por su juicio y su integridad".

Asimismo, el consejero delegado del banco estadounidense añadió que es "importante" recordar que JP Morgan es una entidad "muy fuerte" y está "bien capitalizada", con franquicias lideres en sus negocios.

"Mantenemos la fortaleza de nuestro balance y de nuestro capital para soportar contratiempos de este tipo, y vamos a aprender de nuestros errores y seguir centrándonos de forma diligente en nuestros clientes, que confían en nosotros cada día", concluyó.

Además de estos cambios, la entidad también ha decidido que Daniel Pinto sea a partir de ahora el único responsable de renta fija global en la división de Banca de Inversión, cargo que hasta ahora compartía con Zames, y que Mike Cavanagh, consejero delegado de Servicios del Tesoro y de Valores, lideré un equipo de directivos que supervisen y coordinen la respuesta a las recientes pérdidas.

El banco estadounidense JPMorgan Chase, la mayor entidad del país por activos, ha desvelado haber sufrido pérdidas adicionales por un importe de al menos 2.000 millones de dólares (1.550 millones de euros) como consecuencia de una fallida estrategia de inversión y gestión del riesgo en derivados, que el propio consejero del banco, Jamie Dimon, no dudó en tachar de "error de bulto"