Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 70% de las pequeñas y medianas empresas en España son de carácter familiar, pero solo una de cada tres consigue superar la segunda generación.
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El tejido empresarial español se enfrenta a un reto silencioso pero determinante: el relevo generacional en las pymes familiares. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 70% de las pequeñas y medianas empresas en España son de carácter familiar, pero solo una de cada tres consigue superar la segunda generación.
Desde Rhombus, firma de consultoría financiera especializada en fusiones y adquisiciones (M&A), gestión patrimonial y asesoramiento en inversión, apuntan que el 40% de las familias empresarias considera la sucesión un desafío crítico, advirtiendo que la falta de planificación y la resistencia a profesionalizar los procesos de sucesión amenazan la supervivencia de miles de negocios familiares en el país.
"El problema es que muchos empresarios confían en que la siguiente generación continuará con el legado, pero la tasa de supervivencia en las empresas que afrontan un relevo generacional es muy baja", explica Soly Sakal, fundador y consejero delegado de Rhombus.
Hay un dato que cada vez es más habitual, y es que los fundadores comienzan a dar un paso al lado, pero sin una hoja de ruta definida. "Muchos empresarios se ven con 70 o 75 años todavía al frente del negocio y, aunque entienden que es momento de retirarse, no tenían previsto cómo hacerlo", añade.

El desafío va más allá del traspaso de poderes. Según el Instituto de la Empresa Familiar, en España existen 1,1 millones de empresas familiares, que representan el 89% del total de empresas, generan el 67% del empleo privado, más de 6,5 millones de puestos de trabajo, y aportan el 57,1% del PIB del sector privado.
Mantener su continuidad no solo es un reto económico, sino también cultural. Para Sakal, el cambio de paradigma es evidente. "Las nuevas generaciones no han perdido la ambición, pero la entienden de otra forma. Buscan libertad, equilibrio y propósito. Valoran la salud mental tanto como el beneficio económico", explica.
Esta transformación cultural, lejos de ser un obstáculo, puede convertirse en una oportunidad si se gestiona adecuadamente. "Contar con el talento y la visión de dos generaciones es clave. Los jóvenes aportan una mirada más global, tecnológica y humana; si se combina con la experiencia de sus predecesores, el resultado puede ser una empresa más sólida y sostenible", añade el CEO de Rhombus.
Sakal insiste en que el relevo generacional debe dejar de ser un tabú para convertirse en una parte natural del ciclo empresarial. "El legado no es solo una cuestión de herencia, sino de visión. La verdadera sucesión no se trata de dejar algo atrás, sino de asegurarse de que perdure en el tiempo", concluye.
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