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La inestabilidad geopolítica y económica ha hecho que en los últimos cinco años la seguridad se convierta en un aspecto fundamental en los viajes de negocios. 

De hecho, según datos del Barómetro Europeo de Viajes de Empresa de American Express Global Business Travel -ha contado con la participación de 600 empresas ubicadas en los diez principales países de Europa Occidental-, el 96 por ciento de las compañías ha implementado procesos de seguridad con el objetivo de realizar un seguimiento exhaustivo del empleado durante su viaje al extranjero. 

El segmento de los viajes corporativos continúa al alza, en especial en España. El Barómetro Europeo de Viajes de Empresa estima que este año la inversión de las empresas españolas en viajes de negocio crecerá un 3,8 por ciento, respecto al 2015. En cambio, en países como Alemania, Francia o Italia se espera un incremento alrededor del 1 y el 2 por ciento. 

El impulso de los viajes corporativos en España se debe, entre otros motivos, a la necesidad de las pequeñas y medianas empresas españolas de buscar nuevas oportunidades de mercado en otros países, tras el estancamiento del mercado nacional a raíz de la recesión económica. La expansión internacional permite, además de incrementar los ingresos de la empresa, fortalecer la marca frente a sus competidores. 

Según cálculos de Edenred, las empresas españolas destinan una media de 54.100 euros al año en viajes corporativos, lo que representa aproximadamente la mitad del presupuesto destinado a gastos profesionales. Se trata pues de una partida destacada, por lo que durante muchos años las compañías han priorizado aspectos como el control de costes, la optimización de los procesos y el retorno de la inversión. 

Sin embargo, en la actualidad la mayor preocupación de las empresas es la seguridad de sus trabajadores en el extranjero, además de su satisfacción. En función de la región o país de destino, el viajero se encuentra expuesto a diferentes riesgos como pueden ser catástrofes naturales -terremotos, tsunamis, etc.-, enfermedades -por ejemplo, la epidemia causada por el virus Zika que ha afectado a los países de Latinoamérica, especialmente Brasil-, accidentes aéreos, conflictos geopolíticos o la creciente amenaza del terrorismo internacional. 

Por ello, ante este nuevo escenario, la figura del gestor de asistente personal ha adquirido un papel destacado, realizando un acompañamiento activo durante todo el proceso. Así pues, además de encargarse de todas las gestiones relativas al viaje, aporta información de interés al viajero con el objetivo de minimizar al máximo los riesgos y facilitar su experiencia. 

Asimismo, las compañías de asistencia en viaje también se han adaptado a este nuevo cambio de paradigma multiplicando la oferta de seguros corporate mobility, con coberturas personalizadas acorde con las incipientes demandas de los directivos que viajan al extranjero.

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